El compost es el resultado de la degradación controlada de la materia orgánica. Aporta nutrientes, aumenta la población de microorganismos benéficos y mejora la estructura del suelo, entre otros aportes.
El compost es un material orgánico estable que se crea a partir de la descomposición aeróbica (con presencia de oxígeno) de residuos de origen animal y vegetal. Sin embargo, en nuestro medio, la palabra compost se ha utilizado de una manera general para denominar materiales orgánicos.
Técnicamente, el compost es un material orgánico que ha alcanzado su estabilidad y se le ha dado ese nombre porque proviene de un proceso de compostaje.
Para hacerlo, se deben mezclar residuos orgánicos ricos en carbono (aserrín, tamo de arroz, desecho de café, entre otros) con materiales ricos en nitrógeno (pollinaza, gallinaza, porquinaza, hojas verdes, etc.) de manera proporcionada.
Con este antecedente, se puede clasificar la materia orgánica en función de su grado de descomposición. Materia orgánica cruda es aquella que no ha tenido ningún proceso de descomposición ni tratamiento térmico, es decir, que salió de la granja y se la usó directamente en el campo; semicruda, semi madura y madura.
El compost del que tratamos en esta nota está dentro de la materia orgánica madura, porque es estable y libre de microorganismos patógenos.
El tiempo que demora en fabricarse el compost depende de la degradación de los materiales con los que se preparó la cama inicial de compostaje. Por ejemplo: para hacer compost proveniente del tamo de cerdo, el proceso dura 12 semanas si se controlan bien los parámetros de volteo, humedad y temperatura.
Hay que tener en cuenta que el uso de compost de calidad certificada asegura una buena nutrición en los cultivos. En cambio, el uso de materiales crudos representa un riesgo para la sanidad y productividad de las plantas, y más aún si no se conoce su procedencia, ya que si se coloca en cantidades excesivas, los abonos crudos pueden quemar las plantas.
El compost se puede utilizar para cualquier cultivo, incluso para jardinería. Al ser un material orgánico estable, se puede aplicar compost en cualquier etapa fenológica del cultivo, ya sea antes de la siembra, en la preparación del suelo o en cualquier etapa del desarrollo vegetativo.
Se debe aplicar dos veces en el año y de preferencia sobre suelo húmedo. Se recomienda su uso para pastizales de ganado ya que da excelentes resultados.
La dosis que se debe aplicar depende de un análisis de suelo previo. Como recomendación general, en pastos se puede utilizar entre 5 a 8 TM de compost/ha.
También existe el humus producido por el trabajo de descomposición de las lombrices. A este material se lo denomina vermicompost. El trabajo de descomposición se realiza en el tracto digestivo de la lombriz. La diferencia con el compost es que en el humus no existe la seguridad de que sea un material 100% libre de microorganismos patógenos, pues no existe elevación de temperatura que permita eliminar patógenos.
En la actualidad, el compost se crea en su mayoría a partir de los desechos provenientes de granjas de avícolas. Por lo cual, mientras mejor alimentadas se encuentren las aves, existe una mayor probabilidad de conseguir compost de gran calidad.