La carne de cuy es una de las mejores en el mercado por su cantidad de proteína y bajo contenido de grasa.
Los criaderos de cuyes son cada vez más habituales en la sierra ecuatoriana, por lo que sus propietarios buscan mejorar su forma de crianza para brindar un producto sobresaliente al consumidor final y cumplir con las normas de calidad y de sanidad.
Para poder criar estos animales se deben tener en consideración las características de sus progenitores, es decir, es fundamental conocer el histórico de la madre y el padre para hacer una buena selección, así como su velocidad de crecimiento, prolificidad, precocidad, rusticidad, conversión alimenticia, ganancia de peso, el carácter materno y paterno, productividad de leche, fertilidad y longevidad.
Tras considerar estas características para seleccionar las mejores especies, es de gran importancia tener claro cuáles son los requerimientos ambientales que estos animales necesitan para su adecuado desarrollo.
Al momento de construir el galpón se debe priorizar la orientación, para que el sol ilumine todo el establecimiento, pero se debe tener en cuenta que estos animales son sensibles al calor, por eso resisten mejor las temperaturas bajas; asimismo, la ventilación es un factor importante, los cuyes requieren que esta sea buena pero al mismo tiempo evitar las corrientes de aire.
Dependiendo de la zona donde se vayan a construir, las puertas y ventanas de los galpones deben ser de materiales que brinden seguridad y que impidan el ingreso de animales extraños, como ratas, ratones, gatos, perros y otros depredadores.
Las condiciones ambientales deben estar entre 15 y 18˚C de temperatura y contar con una humedad por debajo del 60%. Las dimensiones del galpón dependerán del sistema de crianza que elija el productor, si es comercial o familiar.
Dentro del galpón irán las jaulas o pozas, estas últimas pueden construirse con adobe, ladrillo, madera, caña, carrizo y otros materiales, y deben ofrecer un buen ambiente y armonía al animal. Las dimensiones de estas jaulas habitualmente son de 1 metro por lado y 50 cm de alto, espacio suficiente para albergar a1 macho y 10 hembras, que es la cantidad adecuada para la etapa de reproducción. El reproductor de 1,5 kilogramos requiere un espacio de 0,15 m2 en la poza de empadre, mientras que las crías destetadas hasta los 0,6 kilogramos de peso requieren de 0,10 m2.
Además de las condiciones fisiológicas y ambientales, es fundamental tener en cuenta la parte nutricional. Actualmente, existen tres sistemas de alimentación: mixto, balanceado y con base de forraje.
Se recomienda la alimentación mixta, ya que el forraje asegura la ingesta adecuada de fibra y ayuda a cubrir en parte los requerimientos de algunos pero al mismo tiempo, el alimento balanceado satisface los requerimientos de proteína, energía, minerales y vitamina.
Se debe tener en cuenta que el alimento balanceado debe asegurar una calidad constante. Pronaca ofrece su línea especial de alimentación para cuyes: Procuyes Reproducción y Procuyes Engorde, que fue diseñado para que los cuyes tengan rendimiento óptimo de conversión del alimento en carne.
El cuy lactante consume 100 a 200 gramos de forraje y 10 gramos de alimento balanceado por día. Mientras que el cuy que ya ha sido destetado requiere entre 200 a 300 gramos de forraje y 20 gramos de alimento balanceado por día.
El cuy adulto consume alrededor de 300 a 400 gramos de forraje y 30 gramos de balanceado. Por lo que se estima que en 13 semanas se puede obtener un cuy de 1 000 a 1 200 gramos.
El agua es muy importante para estos animales, pues permite que los procesos vitales fisiológicos se realicen adecuadamente: excreción, digestión, circulación. La cantidad de agua diaria que necesita un cuy es del 10% de su peso vivo.
El consumo de este líquido es fundamental para el desarrollo y crecimiento normal de los animales. La cantidad necesaria en animales destetados por cada gramo de materia seca consumida es de 3 a 4 mililitros y en los adultos es de 4 a 7 mililitros.
La limpieza del galpón también es un pilar para la cuyera, ya que la mantiene libre de microorganismos.
Se recomienda tener tres tipos de rutinas: diarias en la que se limpien los pisos y pasillos de acceso, equipos, comederos y bebederos; rutina semanal, en la que se deben desinfectar los comederos y jaulas de transporte; además de retirar la cama sucia de la poza para evitar la propagación de microorganismos y fuente de contaminación para nuevos animales; finalmente la rutina mensual consta de: limpieza y flameado de pisos y pasillos de acceso, desinfección del piso, paredes y techo con un producto de amplio espectro como amonios cuaternarios y formaldehídos, lavado con detergente no corrosivo y cepillo para extraer heces y otros residuos.
Con la adecuada higiene de los galpones se evita que aparezcan enfermedades como la dermatomicosis (hongos), colibacilosis (diarrea pastosa color amarillo pálido) y linfadenitis (inflamación de los ganglios linfáticos).
Es importante mencionar que la carne de cuy es de las que tienen mayor cantidad de proteínas y menor índice de grasas, por lo que es recomendada para el ser humano.