¿Sabías que existen herramientas eficaces para evitar brotes de enfermedades en este proceso?
La acuacultura es una industria productora de proteína animal (origen acuático) que crece rápidamente a nivel global. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en América Latina, la producción de camarón aumentó considerablemente en los últimos años, con un fuerte desarrollo en Ecuador.
La intensificación, en esta industria, ha sido necesaria para suplir el incremento de la demanda. Sin embargo, la producción requiere un alto cuidado, para evitar la incidencia de enfermedades en un sistema altamente dinámico, donde interactúan diversos factores como salinidad, pH, temperatura, oxígeno disuelto y nutrientes orgánicos e inorgánicos, que pueden modificar las comunidades microbianas presentes en un estanque.
El notable crecimiento en la producción de camarones en el Ecuador requiere de controles más estrictos en el proceso. Un factor que no se debe ignorar bajo ninguna circunstancia es la inhibición de patógenos.
Esta alteración puede generar la proliferación de varios males, que afectan a la industria acuícola, dentro de los que se incluyen hongos, virus, parásitos y bacterias. El desequilibrio de microorganismos en el estanque da lugar a brotes de enfermedades que ocasionarían el fracaso de las cosechas en las granjas donde se tiene una alta densidad de población animal.
Para evitar el impacto de enfermedades ha sido necesaria la utilización de antibióticos, ya sea de forma profiláctica o terapéutica. El mal manejo de compuestos antimicrobianos o su uso indiscriminado puede inducir el desarrollo de microorganismos resistentes a estos antimicrobianos.
La resistencia de microorganismos patógenos a antimicrobianos por el uso frecuente de estos, ha provocado la búsqueda de alternativas farmacológicas novedosas. La utilización de ácidos orgánicos para este fin ha sido tomada como una buena opción a los fármacos utilizados en la industria acuícola para reducir la incidencia de patógenos.
DESAFÍO DE PATÓGENOS
Las enfermedades bacterianas representan un problema serio y, al mismo tiempo, un reto para la industria. Los patógenos virales como el virus del síndrome de Taura (TSV), virus de la cabeza amarilla (YHV) o el virus de la mancha blanca (WSSV) son los principales que afectan a la industria, pues pueden provocar una mortalidad del 100 por ciento.
No obstante, las bacterias también pueden ocasionar infecciones altamente destructivas para la producción. Dentro de las principales se encuentran Gram-negativas del género Vibrio causante de la Vibriosis, así como Gram-negativa causante de la hepatopancreatitis necrotizante (NHP), el Hepatobacter penaei.
Gram-negativas representan un desafío, ya que implica el uso de antibióticos, los cuales pueden inducir resistencia bacteriana, persistencia de los antibióticos en el ambiente acuático, efectos negativos sobre el medio ambiente, la salud de camarones y humanos.
Dentro de los antibióticos más utilizados se encuentran las tetraciclinas, quinolonas, florfenicol, entre otros. Los brotes de enfermedades son generalmente contenidos con el uso de antibióticos. Sin embargo, la demanda por parte del consumidor por tratamientos opcionales más amigables con el ambiente ha permitido la búsqueda de alternativas para ayudar a tratar enfermedades bacterianas.
